sábado, 10 de diciembre de 2011

Lineamientos de Trabajo

Sin miedo a las raíces El objetivo principal de la Compañía Teatral de Repertorio Argentino es consolidar un equipo que tenga como objetivo la escenificación de teatro argentino de los años 20 y 30, con un elenco capacitado, estable y en continua formación. Este objetivo aporta un punto de vista distinto al concepto de contenedor o generador de espectáculos. De plena actualidad Un término tan tradicional como compañía se une consecuentemente a otro como repertorio. Seleccionaremos, partiendo de esta premisa, un repertorio que nos asegure el interés contemporáneo de los textos elegidos, ya sea por su contenido o por su forma. Debemos consolidar el repertorio esencial e inusual de nuestro teatro de los años 20 y 30, investigar las posibilidades de las vanguardias y revisar hasta un poco más allá. Ampliar el campo de investigación incorporando autores clásicos internacionales –que sirvieron de inspiración y fueron influencias, y mantener vivos tanto algunos títulos indispensables como otros desconocidos. Pero también debe haber una apuesta, un riesgo estético, una búsqueda y un compromiso con el mundo que nos rodea. No podemos abordar la escenificación del teatro de manera museística; hay que apostar por un teatro de formas actuales, pleno de vitalidad, con el que debemos crear un nexo de unión entre el espectador de hoy y aquellos autores que conforman nuestro pasado. Un teatro para dejar huella Quizá puede parecer que el costo de mantener una compañía puede ser alto (en todo sentido), a la larga es más rentable desde el punto de vista creativo: “Te permite equivocarte, seguir un proceso de experimentación y rectificación, no estás sometido al taxímetro del periodo de ensayos de una productora. Ese sistema que predomina actualmente propicia un teatro que no deja huella, sin permanencia y si pensamos en los grandes maestros del siglo XX como Brecht, Grotowsky, Meyerhold... vemos que han contado con equipos estables. Una compañía es una estructura ventajosa para el teatro –“la productora no permite mantener una tradición, y sin tradición no hay escuela”– pero también para el actor: Las ventajas de la compañía son todas porque permite la formación bajo un procedimiento de equipo y, sobre todo, es donde la intervención de los actores es más profunda. Cimentada en la palabra, y en la belleza del idioma español La palabra debe constituir la cimentación de esta compañía, y contribuir a paliar la merma constante del idioma que sufrimos, apreciando la belleza y la variedad del que utilizaron nuestros antepasados. Hay que apostar por maneras concretas, crear un estilo y mantener un rigor. Una complicidad que vincule a la compañía con su elenco recurrente, formado y acostumbrado a manejar el lenguaje, el verso, las estructuras; el tipo de trabajo técnico necesario que el actor debe desarrollar para este fin no se logra en unas cuantas sesiones. No se puede empezar de cero cada vez que se plantea una producción. La tradición teatral debe ser un vínculo más con el pasado, nunca un lastre. El conocimiento de nuestro pasado nos guía. Primeros autores argentinos a investigar y desarrollar: Roberto Arlt, Nicolás Olivari, Raúl García Tuñón, Francisco Defillipis Novoa, Vicente González Cutiño, Enrique García Velloso, Alfonsina Storni, José González Castillo, Armando Discépolo, Salvadora Medina Onrrubia, entre otros. Influencias extranjeras: Federico García Lorca, Luigi Pirandello, H. Lennormand, Elmer Rice, Eugene O'Neill, Ramón de Valle-Inclán, Bertold Brecht, entre otros. Poéticas y estilos teatrales: Grotesco, grotesco criollo, expresionismo, melodrama, esperpento.

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